Su olor atravesó el castillo y me golpeó tan fuerte que mis piernas casi se doblaron.
Sangre. Pero no solo sangre vieja normal.
Sangre virgen
Mis colmillos estaban en llamas. Estaban ardiendo de necesidad.
Pero no era solo su sangre virgen lo que ansiaba. Fue ella.
Su cuerpo indefenso con las curvas mortales me tentaba como nunca antes.
Casi tres siglos en este planeta no me habían preparado para este momento. Nada podia.
¿Cómo puedes prepararte para el momento en que ves la perfección? ¿Cómo podrían décadas de aburrimiento sin fin prepararlo para la emoción de ver a la criatura más impresionante jamás creada?
La obsesión se arraigó en mi alma, si tengo una, y creció como un monstruo rabioso a través de cada centímetro de mí.
Quería cerrar todas las puertas y ventanas de mi castillo y mantenerla atrapada conmigo para siempre.
Mis instintos protectores fueron abrumadores. Necesitaba protegerla, protegerla, protegerla del daño.
Pero, ¿cómo podría hacer eso cuando soy la cosa más peligrosa del mundo para ella?
Tendría que luchar contra mis impulsos primarios cada segundo. Sería una tortura. Sería una agonía. Pero estar sin ella sería aún peor. Entonces, sabía que no tenía otra opción.
La necesitaba a mi lado.
Pero cuando sentí su piel cálida y sus suaves curvas, la sed se volvió insoportable.
Mi monstruo insta a ganar. Y la necesidad de festejar se hizo cargo...
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